¿Debido a que el gobierno de los EE.UU. reprime el movimiento ocupa Wall Street?

Por Mark Aguirre

Estados Unidos ha optado por una política de confrontación con el movimiento Ocupa Wall Street (OWS). Desde que empezó el movimiento el 17 de septiembre en Nueva York la policía ha detenido a más de 4500 ciudadanos que ejercían sin violencia sus derechos políticos, un número mayor  que los que detuvo el gobierno iraní en las protestas postelectorales de hace dos años.

A pesar de la brutalidad de muchas de estas detenciones, incluso usando gas pimienta, muchas veces masivas, la gente no se ha dejado intimidar. Las protestas han continuado. Ahora quieren que las ocupaciones de plazas, un derecho que reconoce la Constitución de los Estados Unidos, terminen. La policía esta incluso dispuesta a usar la violencia para desalojar a los ocupantes.

El domingo 27 de novembro el alcalde demócrata  de Los Angeles Antonio Villaraigosa un antiguo sindicalista pidió a la policía que desalojara un campamento de casi 500 tiendas que ocupa Los Angeles desde el primero de octubre. Un día antes había hecho lo mismo el alcalde de la ciudad de Filadelfia y la semana anterior el de New York donde el alcalde y millonario Bloomerg ordenó a la policía desalojar Zucotti  durante la noche. Los ocupantes como ha ocurrido en Los Angeles y en todos los otros lugares resistieron civilmente el desalojo. En unos sitios con más éxito que en otros.

La policía detuvo en Nueva York a 173 ocupantes, las pertenencias de los acampados casi 500 fueron confiscadas y la biblioteca popular destruida. Tuvo que intervenir el Tribunal Supremo del estado de Nueva York para que Zuccoti, el parque donde acampaban los ocupantes, fuera de nuevo abierto a las actividades políticas de los ciudadanos.

Esta cadena de desalojos argumentando puerilmente por razones de salubridad y seguridad pública haría sido preparada según relevo la alcaldesa de Oakland  por una reunión organizada por el Departamento de Homeland Securite  con los alcaldes de 18 de las ciudades más importantes del país. Obama estaba convenientemente visitando Australia.

Hay que decir que el sistema de gobierno de Estados Unidos prohibe al gobierno federal  participar en pacificar las ciudades de los Estados Unidos es por eso que no hay una policía federal antimotines y cada ciudad tiene la suya propia.

¿Porqué las autoridades han optado por una política de represión ilegal más en consonancia con lo que hacen los generales egipcios que con gobiernos democráticos donde las disidencias y movimientos sociales están reconocidos?

Las autoridades están a la defensiva. Contra todas sus previsiones  OWS ha ganado la primera batalla: la de los corazones y conciencias de los estadounidenses. La última encuesta publicada muestra como la mayoría de los estadounidenses apoya al movimiento. Los trabajadores (la clase media) llevaban tres años desde que la crisis empezó deslizándose por un tobogán sin fin. En estos tres años se han perdido más de 20 millones de empleos y el ingreso de los asalariados se ha reducido en promedio el 10%. El Diario New York Times publicó hace unos días que un tercio de la población de los Estados Unidos vive en la pobreza o sus alrededores. Las matrículas en las universidades subieron y con ellas las deudas de los estudiantes que para colmo no encuentran empleo cuando terminan sus estudios. La idea de que no se podía seguir así estaba en el aire, pero unos sindicatos desmoralizados no eran capaces de bajarla a tierra y darle contenido, algo que si ha sabido hacer Ocupa Wall Street al hablar en nombre del 99% de los estadounidenses contra el 1% de los ricos. Esta tremenda minoría acumula el 40% de la riqueza de los Estados Unidos.
A medida de que las semanas pasaban los campamentos de las ocupaciones -algo que es una tradición histórica en los movimientos de resistencia de los trabajadores de los Estados Unidos- iban galvanizando a los sindicatos y otras organizaciones sociales que resistían aislados el ataque de las políticas neoliberales. Las plazas ocupadas se convirtieron en “parlamentos” de los agraviados por la crisis capitalista. Sindicatos, estudiantes, organizaciones contra los desahucios , feministas, latinos, afroamericanos….contaron sus problemas en las plazas acabando con la atomización de los televisores y el consumismo. Un movimiento de resistencia nació. Decenas de miles en Nueva York y otras ciudades se manifestaron  pidiendo justicia económica.

El movimiento crecía. Las autoridades y los ricos empezaron a ver a OWS como un peligro.  En OWS las demandas se expresan en un alarde de democracia directa en las plazas públicas y no a través de lobbies contratados por millonarios y corporaciones para corromper a los políticos en Washington. Los agraviados no buscan a ”representantes” o senadores vendidos en el Congreso para presentar sus reivindicaciones sino a los ciudadanos que los votan demostrándose en la calle y marchando sobre Wall Street. Las alternativas se discuten en Asambleas Generales donde todo el mundo puede participar, muchas veces puestas al escrutinio del público en la red a través de Livestream o internet, y no en debates “censurados” en la radio y la televisión donde participan los políticos vendidos a los intereses especiales. Los ocupantes no discuten de candidatos sino si otro sistema diferente al capitalismo deben nacer. No hablan de que partido hay que votar y si de que valores necesitan el 99% de los estadounidenses. Las autoridades veían asustadas como el movimiento esta rompiendo con la manera tradicional de hacer política en los Estados Unidos. Es por eso que necesitan sacarlo de las plazas de cualquier manera y cuanto antes. Incluso con excesiva y desproporcionada fuerza si es necesario.

El desalojo de las plazas busca forzar la institucionalización de un movimiento que saben puede agrietar un sistema político cada vez más en crisis. Un sistema en que los ciudadanos no se sienten representados. Las últimas encuestas muestran que menos del 10% de los estadounidenses ven al Congreso en Washington  incapaz de resolver los graves problemas actuales. La idea de que la democracia ha sido secuestrada por los interese de los bancos y las corporaciones es cada vez más aceptada. La gente quiere sacar que los intereses del dinero saque sus manos de la política y se  acabe con la corrupción en Washington.

A pesar de los desalojos OWS no se rinde. En las Asambleas Generales domina la idea de que el movimiento apenas esta dando sus primeros pasos. Para el día 6 de diciembre se ha organizado la última gran movilización nacional antes de que empiece el invierno: ocupar edificios para defender a inquilinos amenazados de desahucio por la avaricia de los bancos. Al mismo tiempo el movimiento empieza a preparar su masivo regreso para la primavera. La reocupación de la Palza Taharir en Cairo muestra que la ocupación http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=16360524630204245reside en el corazón de las personas y que una idea no puede desalojarse con la brutalidad de la policía si su hora ha llegado.

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